sábado, 24 de septiembre de 2011

El Oro del Rey

Cuarta de las novelas de nuestro Capitán Alatriste. En esta novela, que sigue narrada por nuestro amigo Iñigo, se cuentan las peripecias de los protagonistas una vez llegan a España, concretamente a Cádiz, de luchar en Holanda (en el anterior libro, Sol de Breda).

Como siempre digo de este autor, cabe destacar sus narraciones y descripciones de la época, que ahora se centra en mi tierra, en Cádiz. Nos cuenta que desde Sevilla se citan con el Capitán para proponerle un negocio. El negocio no es otro que atracar un barco. Pero no un barco cualquiera. Resulta que cuando los barcos volvían de las Américas, venían con más oro de la cuenta no declarado y a parte cada cual ponía su comisión y todo el mundo tenía un precio. El rey, mediante el conde de Guadalmedina, encarga a Alatriste que se haga con una pequeña milicia de hombres para recuperar este barco a la altura de Sanlucar de Barrameda, y conservar así el oro que es suyo. Como era de suponer, su archienemigo, Gualterio Malatesta tiene su hueco en la obra, y le hace como siempre difícil a nuestro Capitán conseguir su cometido.

También cabe destacar, desde mi punto de vista, el primer beso (acompañado de su traición correspondiente) de Angélica de Alquezar a Iñigo en la Alameda de Hércules en Sevilla, un pasaje de este libro que merece la pena leer dos veces.

El autor sigue en su línea, que poco a poco y cada vez me va gustando y enganchando más.

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